En una efeméride como la de hoy es importante que recordemos de donde venimos y a donde vamos...porque la lucha por un trabajo digno en la industria textil sigue viva. Hagamos memoria...
Ayer tuve la oportunidad de leer la entrevista que le realizó El País a Montserrat Arévalo, activista
pro-derechos de la mujer en El Salvador. En ella daba buena cuenta de la
dramática situación de cientos de trabajadoras del textil. También ponía nombre
a las empresas que desde la más completa hipocresía predicaban ciertos valores
y que la realidad era bien distinta en sus fabricas salvadoreñas.
Gracias al riesgo que corren muchas de estas mujeres, las
marcas se ven expuestas socialmente como promotores de conductas empresariales
que rozan la esclavitud y
obligadas a actuar de otra forma: mucho más justa y responsable.
Lo alucinante es que la industria textil es una de las más
antiguas. Todo ese inmenso recorrido por el tiempo no se ve reflejado en lo que
a las garantías laborales se refiere. Vive una constante revolución y evolución pero mantiene eslabones en
su cadena de producción que parecen resistirse al cambio.
Hace 108 años en Nueva
York se realizó la primera huelga en el sector, encabezada por mujeres que
reclamaban mejoras laborales: igualdad en términos de derechos y salariales con
sus compañeros. El Levantamiento de los 20.000 o la Huelga de las Camisas, así
se denominó a un acto
significativo que cambiaría la industria textil norteamericana. Las condiciones
de trabajo eran lamentables y los salarios paupérrimos, no tenían ni tan
siquiera la opción de sindicarse como sus compañeros pero eso no las amedrentó.
Esto sucedía en 1909,
treinta y siete años después en Manresa en el año 46, se repite la historia en
otra fábrica textil: Fábrica Nueva . El 70% de sus trabajadores son mujeres e
inician una huelga, encendiendo la chispa que prendería en las demás fábricas
de la contornada y que fue popularmente apoyada por una manifestación por las
calles de la ciudad catalana. Lo consiguieron… eso sí semanas después varias de
ellas fueron despedidas en represaría. Estábamos en plena dictadura y había que
dar ejemplo de que aquello no podría volver a suceder.
Podríamos seguir con ejemplos más actuales que se producen
en la India o Pakistán…porque por desgracia la mala praxis empresarial no se ha
erradicado. En pleno 2017 aún
queda muchísimo camino por recorrer pero es importante tener conciencia de
ello. Luchar para que las condiciones de trabajo de toda persona sean justas y
dignas, que se respeten todos y cada uno de sus derechos. Solo el día que esto
se produzca podremos hablar con tranquilidad de aquello que llamábamos la lucha
por la IGUALDAD.